Espacio de dibujo
Plataforma pedagógica

Pensar con el cuerpo a través del dibujo

Este site está diseñado como un curso dividido en 4 órbitas principales y un espacio de creación colectiva llamado “Los pequeños manifestos”. Lo he propuesto como plataforma para la asignatura Dibujo-IV de la Facultad de Artes de la Pontificia Universidad Javeriana y lo ofrezco también en otros entornos de aprendizaje y experimentación. El curso está enfocado en la correspondencia entre el cuerpo (expresivo) y el dibujo (expandido). Se trabaja en la relación entre tacto, somática y dibujo, dibujo y dificultad y el dibujo como una forma de acompañar y cuidar. En el curso, se hace énfasis en la experiencia corporal del dibujante. El objetivo es abrir rutas para la vivencia de la propia corporalidad a través del dibujo. Para conocer más sobre el curso te invito a leer sobre sus diferentes órbitas y probar alguna de las invitaciones de creación que he propuesto para ti.

“Todos los sentidos, incluida la vista, son prolongaciones del sentido del tacto; los sentidos son especializaciones del tejido cutáneo y todas las experiencias sensoriales son modos de tocar y por tanto están relacionados con el tacto”.

“Los ojos de la piel” Juhani Pallasmaa
El dibujo es una forma de tocar; de extender nuestra piel para alcanzar lo observado. Dibujar es palpar no solo lo externo a mí, sino el interior expresivo de mi experiencia del mundo. Lo visual está atado inevitablemente a la experiencia háptica, a aquello que se vive a flor de piel. Al activar el sentido del tacto podemos expandir las posibilidades del dibujo.

El tacto es el más transgresor de los sentidos, nos acerca radicalmente al otro. Es el sentido de la intimidad, de la cercanía. Nos sitúa piel con piel, no necesita mediación y es recíproco por condición. Ha sido fuente de sanación, de compañía, de expresión de amor y ternura.
Tocar es dejar huella; imprimir nuestra textura (incluso literalmente con nuestra huella dactilar) en lo tocado. Es el sentido de la solidaridad, del estar por y para otros. Diluye los bordes y nos acerca. Nos ayuda a sentir el palpitar de las cosas. Dibujar desde la piel permite abordar diferente el dibujo. Transgrede las formas clásicas de representación y propone caminos nuevos de presentación de las fuerzas del mundo en la propia corporalidad.

¿Podemos hacer del dibujo una forma de tocar lo observado?

¿Una mirada que ‘acaricia’ podría acercarnos ética y afectivamente a lo que vemos?

¿Cómo nos relacionamos con lo dibujado y sobre todo con la experiencia de dibujar desde nuestra piel?

Recursos

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Lecturas y otros recursos Online

Juhani Pallasmaa. (2012). Introducción a la segunda edición: Tocar el mundo. En Los ojos de la piel. La arquitectura y los sentidos. (11-16). Wiley-Academy, Chichester (West Sussex): Editorial Gustavo Gili, SL, Barcelona, 2014.

Nuestras sensaciones y percepciones son un entramado, un tejido que se transforma constantemente en nuestra interacción con el mundo. Dibujar es un ejercicio de percepción encarnada que nos acerca sensorial, ética y afectivamente a lo observado.

Es una práctica envolvente que se adentra en las relaciones entre las cosas: juegos de luces y sombras, universos de texturas, volúmenes y corporalidades dinámicas. Dibujar es extenderse a sí mismo en una línea, es dejarse fluir con el mundo. La somática abre no solo posibilidades expresivas en el dibujo, también transforma nuestra relación corporal con lo observado. Ayuda a percibir en qué medida el cuerpo que dibuja está siendo transformado por lo que ve y siente. La somática facilita la autopercepción al dibujar, así como expande la percepción del entorno. Permite sentir cómo el cuerpo es movilizado por aquello que dibuja.
En su encuentro, la somática y el dibujo, abren un nuevo camino de conocimiento que expande las posibilidades de experimentar corporalmente el dibujo. Más allá de un medio de representación, el dibujo se vuelve una práctica de presentación de las fuerzas del mundo en el propio cuerpo. Un cuerpo que se expresa y se entiende así mismo a través de la línea, el punto, la huella, la trama y la mancha.

¿Cómo percibo mi cuerpo al dibujar?

¿Qué partes siento más presentes y activas y cuales por el contrario se sienten pasivas o no se sienten en absoluto?

¿Expandir la conciencia de mi cuerpo al dibujar puede abrir otras rutas de exploración de mi mismx y del dibujo?

¿Es posible dibujar desde mis omóplatos en relación a las plantas de mis pies?

Anatomía poética

El estudio anatómico de la ciencia se aproxima al cuerpo desde la visión en tercera persona. Se trata de una mirada que observa desde la distancia, que examina el cuerpo del otro con una lejanía que reclama objetividad. Es, la mayoría de veces, un estudio del cuerpo muerto, inerte, sin movimiento. El médico nos pide información sobre nuestro cuerpo pero nosotros, los vivientes, desconocemos la experiencia misma de vivir en cuerpo. Por el contrario, el estudio anatómico somático se relaciona con el cuerpo desde la experiencia en primera persona.
Se preocupa por cómo nos sentimos y percibimos a nosotros mismos desde la experiencia de vivir. La anatomía poética conjuga la percepción en primera persona con la experimentación creativa. Dando forma, a través del arte, a lo que se experimenta corporalmente. En la anatomía poética aprendemos a sentir y a imaginar lo que nuestros cuerpo vivientes pueden hacer en el mundo.

Estados afectivos

“Dibujar como si…” todo mi cuerpo estuviera preso de un
temblor incontrolable

“El temblor es un movimiento oscilante, regular, rítmico y sin propósito que resulta de la contracción de grupos musculares opuestos. Regular, rítmico y sin propósito, podríamos definir la danza con los mismo adjetivos con los que se define el temblor. Sin embargo cuando me enseñaron a bailar me enseñaron a no temblar. El temblor de los músculos mostraba la dificultad, y lo que no dominabas de tus movimientos.

No importa que el temblor sea rítmico, sin propósito, no importa que sea bonito anómalo, importa lo que significa: que mi deseo es más grande que mi cuerpo y eso es real, es cada vez más real.”


- Elena Córdoba

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Lecturas y otros recursos Online

PRESENTACIÓN 2

La propuesta de esta órbita es relacionarnos con el ciclo de nacimiento y muerte desde el dibujo.

Acompañar un proceso y sostenerlo en la práctica. Ser conscientes de los pasos del nacer así como los del morir y percibir los cambios que esos procesos generan en mi. Aprender a vivir necesita de cierta forma aprender a morir con otros. Observando el deterioro de las cosas, de nuestro propio cuerpo.
El tiempo estampado en la piel del abuelo y la curiosa apertura del recién nacido al mundo. El dibujo como forma de tocar, como cercanía radical con lo observado y como experiencia íntima; a flor de piel.

¿Cómo podemos hacer del dibujo una forma de acompañamiento?

¿Puede ser el dibujo una declaración de amor, un acto de solidaridad, una forma de cuidado?


Propongo la dificultad como una pauta de creación que nos permite entorpecer la destreza; cuestionar lo que creemos saber; retar lo que hemos logrado dominar.

Vamos a crear pautas, dispositivos y restricciones que hagan difícil el proceso de dibujar. Un quiebre, una contradicción, una tensión, una contrafuerza. Digamos que si quiero ir hacia la derecha me invento un dispositivo que contradiga mi voluntad, empujándome a la izquierda. Si soy consciente de que me siento cómodamente bien haciendo un tipo de gesto o de línea, creo un dispositivo o pauta que rete esa destreza. Invento nuevos caminos desde la dificultad.
La dificultad también puede surgir como forma de involucrarnos activamente con aquello que buscamos representar en el papel. El cuerpo se hace presente en la dificultad. Necesitamos de nuestra inteligencia corporal para encontrar caminos posibles. Tal vez necesitemos de otros para lograr el dibujo. Tal vez, necesitemos soltar ideas que estaban arraigadas para dejar crecer otros modos de llegar al dibujo y de practicar el dibujo.
“Aquí mismo, en los proyectos de la existencia cotidiana, más acá del reino de las mentiras eternas, introducimos también el ideal tonto de la seguridad garantizada, de las reconciliaciones totales, de las soluciones definitivas.

Puede decirse que nuestro problema no consiste ni principalmente en que no seamos capaces de conquistar lo que nos proponemos, sino en aquello que nos proponemos; que nuestra desgracia no está tanto en la frustración de nuestros deseos, como en la forma misma de desear. Deseamos mal. En lugar de desear una relación humana inquietante, compleja y perdible, que estimule nuestra capacidad de luchar y nos obligue a cambiar,
deseamos un idilio sin sombras y sin peligros, un nido de amor y por lo tanto, en última instancia un retorno al huevo.

En vez de desear una sociedad en la que sea realizable y necesario trabajar arduamente para hacer efectivas nuestras posibilidades, deseamos un mundo de satisfacción, una monstruosa salacuna de abundancia pasivamente recibida. En lugar de desear una filosofía llena de incógnitas y preguntas abiertas, queremos poseer una doctrina global, capaz de dar cuenta de todo, revelada por espíritus que nunca han existido o por caudillos que desgraciadamente sí han existido.”


- Estanislao Zulata

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Lecturas y otros recursos Online

Estanislao Zuleta. El elogio de la dificultad y otros ensayos. Hombre Nuevo Editores. (1989)

Tiny manifestos


Este es un espacio para pensar juntxs el dibujo y expandir sus posibilidades. Vamos a jugar con la palabra componiendo pequeños manifestos. Son anónimos, pero requieren del cuidado colectivo para existir. Al entrar a la plataforma sigue las instrucciones, puedes ver el vídeo para entender cómo jugar. Después de leer lo que otrxs han escrito haz tu contribución! Entra aquí. .